domingo, 4 de octubre de 2009

¡PRIMAVERA!


¡PRIMAVERA!
Toda la alborada se vistió de fiesta
estallando en lilas, rosas y celestes,
embelesado el aire tocó sus campanas
y el brillo del lucero besó las ventanas.
Una paloma blanca atravesó el aire,
y miles de golondrinas se posaron ufanas
en flores de durazneros tiernas y rosadas,
con sus trajes negros vestidas de gala.
El muro muere de amor junto a la hiedra
que lo cubre y lo besa ahogando su pena,
el pequeño lago, calmo espejo que copia
el primer fulgor flamante de la primavera.
La tibieza riente del sol, moneda de oro,
embelesa la existencia, el alma de las cosas
y nos bañamos de cielo, de sutiles aromas,
la magia eterna de la vida nos regala rosas.
El arroyuelo viaja repleto de ilusiones.
Sus aguas claras de fulgor diamantino,
como armoniosos pajarillos de cristal,
salpican el alma con su arrullo azulino.
Se conmueven las fibras de mis sueños
y mi mente se aleja cargada de misterio,
vuelve a encontrarse, niña enamorada,
con las manos, de madreselvas cargadas.
Filigramas de nostalgias esboza mi vida
rememorando los silencios sin regreso,
el embrujo intenso de unos ojos pardos
y la fragancia de azahares de sus besos.
AZUL