¡PADRE!
Hoy te recuerdo…¡Padre!
cuando tus amadas sienes
aún no estaban plateadas
y tus brazos eran fuertes.
Cuando retornabas a casa
y en vilo me levantabas,
besos de amor me dabas
después de cada jornada.
Luego en la mesa del hogar
tu rendida sien reclinabas
descansando y proyectando
quizás la próxima jornada.
El tiempo pasó tan fugaz
que se llevó en él mi niñez
y transformó todo tu ser
con un cambio inusitado.
Con tus ojos color de cielo
calladamente me hablabas,
tu imperturbable silencio
ni una frase pronunciaba.
Veías transcurrir la vida
y tristemente vegetabas,
en una silla de ruedas
otros tiempos añorabas.
Hoy que desde los cielos
me envías besos largos,
sé que sus bellos prados
los disfrutas con candor
con un séquito de ángeles
y junto al Dios del amor...
Mi alma que no te olvida
con el reencuentro sueña
y en la distancia te mira
en la luz de una estrella.
AZUL
cuando tus amadas sienes
aún no estaban plateadas
y tus brazos eran fuertes.
Cuando retornabas a casa
y en vilo me levantabas,
besos de amor me dabas
después de cada jornada.
Luego en la mesa del hogar
tu rendida sien reclinabas
descansando y proyectando
quizás la próxima jornada.
El tiempo pasó tan fugaz
que se llevó en él mi niñez
y transformó todo tu ser
con un cambio inusitado.
Con tus ojos color de cielo
calladamente me hablabas,
tu imperturbable silencio
ni una frase pronunciaba.
Veías transcurrir la vida
y tristemente vegetabas,
en una silla de ruedas
otros tiempos añorabas.
Hoy que desde los cielos
me envías besos largos,
sé que sus bellos prados
los disfrutas con candor
con un séquito de ángeles
y junto al Dios del amor...
Mi alma que no te olvida
con el reencuentro sueña
y en la distancia te mira
en la luz de una estrella.
AZUL