
IMPOSIBLE
¡Imposible escribir tu nombre sin vacilar mi mano!
Vuelvo, como ayer, a ser cobarde, a hurgar heridas
y detenerme, prontas las lágrimas, ante el arcano,
aún duelen tus ansias dulces en mi alma vertidas.
Aún la pálida luna de hoy me recuerda tus pupilas,
mientras yo, frente al abismo de las ilusiones idas
bebo en pequeños sorbos tu memoria, hebras de luz
de ese hermoso amor, entre rosas, espinas y cruz.
AZUL
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